Diagnóstico, Síntomas y Tratamiento de la Tendinosis Rotuliana

¿Qué es la Tendinosis Rotuliana?

La tendinosis rotuliana, también conocida como "rodilla de saltador", es una afección que afecta el tendón rotuliano, que conecta la rótula con la tibia. Esta condición se caracteriza por el daño crónico del tendón debido a un uso excesivo o a microrupturas. A menudo, se ve afectada por actividades deportivas que implican saltos y movimientos repetitivos que ejercen tensión sobre la rodilla.

Síntomas Comunes de la Tendinosis Rotuliana

Los síntomas de la tendinosis rotuliana incluyen:

• Dolor en la parte frontal de la rodilla: Este dolor suele ser más intenso durante y después de la actividad física.

• Rigidez: Puede sentir rigidez en la rodilla, especialmente después de estar inactivo por un tiempo prolongado.

• Hinchazón: La inflamación en el área del tendón rotuliano es común, aunque no siempre está presente.

• Dificultad para realizar actividades diarias: Las personas afectadas pueden experimentar dificultad al subir escaleras o al realizar movimientos de salto.

Es importante que los atletas y personas físicamente activas estén conscientes de estos síntomas para poder buscar atención adecuada antes de que la condición empeore.

Diagnóstico de la Tendinosis Rotuliana

El diagnóstico de la tendinosis rotuliana se realiza a través de un examen físico realizado por un profesional de la salud, quien evaluará el dolor y la movilidad de la rodilla. En algunos casos, se pueden solicitar estudios de imagen, como ultrasonido o resonancia magnética, para descartar otras lesiones o condiciones que puedan estar causando dolor en la rodilla.

Tratamiento para la Tendinosis Rotuliana

El tratamiento de la tendinosis rotuliana varía según la gravedad de la afección y puede incluir:

• Terapia física: Un fisioterapeuta puede ayudar a los pacientes a fortalecer los músculos alrededor de la rodilla y mejorar la flexibilidad.

• Medicamentos: El uso de analgésicos o antiinflamatorios puede ser recomendable para manejar el dolor y la inflamación.

• Inyecciones: En casos más graves, se pueden considerar inyecciones de corticosteroides o terapia con plasma rico en plaquetas.

• Reposo y modificación de actividades: Reducir la carga sobre el tendón y evitar actividades que agraven los síntomas es fundamental para una recuperación adecuada.

En situaciones difíciles, la cirugía puede ser una opción para reparar el tendón dañado, pero generalmente se considera un último recurso. El pronóstico es favorable con un tratamiento adecuado y un enfoque en la prevención a largo plazo.